Felipe Ugalde

“RITUAL”. 50 x 100. Acrílico. 2013

“SUSPENDIDOS EN EL SILENCIO”. 70 x 60 cm. Acrílico. 2019

Dos horizontes ugaldianos

En «Ritual», en medio del silencio, un conjunto de hombres levanta sus brazos ante un astro de contundente circularidad y brillo. Su actitud, movimientos y agenda están modelos por la voluntad de adorar a ese astro inmenso: se organizan, buscan,  rezan, levantan sus brazos al firmamento… están entregados a un ritual colectivo que los unifica. El sentido preside cada uno de sus gestos que apuntan a convicciones sin fractura. El lienzo captura a hombres de una gran talla en los que reina el orden. El silencio protege la interioridad.

El firmamento se organiza como un eco de los movimientos humanos (o viceversa). La curvas se multiplican creando un ritmo poderoso, donde coincide el macro y el microcosmos. La paleta de azules se despliega envolviendo a una humanidad en rojos.

 

«Suspendidos en el silencio» en cambio pinta una realidad opuesta. Es la caída y el caos; un descenso prolongado sin asidero alguno. ¿A dónde llegarán? La respuesta, si la hay, solo la tiene la pesadilla. La armonía del mundo ha desaparecido dando lugar a un espacio sin horizontes, sin agarraderas. El hombre ha dejado de estar de pie, en la superficie para descender. ¿Qué produjo este cambio? ¿Qué sucedió? La hecatombe parece universal: no hay quién esté a salvo. Esta dimensión colectiva da mayor ansiedad a la escena. El astro y el cielo han dejado de existir.

Ese desorden, ese movimiento descendente es terrible: pareciera que caen en un foso. Allí ya no hay cielo; ni coordenada reconocible. Es una atmósfera diferente de esas azuladas de hombres levantando sus brazos a un astro que quizá no alcancen pero que permanece en su horizonte iluminándolos. La caída es una pesadilla sin despertar. El ascenso es un sueño eterno. Los espacios oníricos de Ugalde son intensos en la angustia y en la espiritualidad.

Contemplar los lienzos de Ugalde ofrece coordenadas emocionales vibrantes.
Los hombres aparecen sin rostro. El pincel no se detiene en detalles corporales: se trata de gigantes cuyo sentido es colectivo: todos se entregan al ritual o todos caen sin anteponer la individualidad. Seguramente se trata de una edad arcana, enterrada en la memoria colectiva; recuperada a través de la indagación interior que ofrece el espacio del lienzo.

Con 30 obras (acrílico y dibujo) , de 1989 a 2019 Felipe Ugalde expuso «Cuerpos cómplices en la galería Andrómeda 3.20

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